lunes, 22 de febrero de 2010

Gracias al Facebook!


Soy pésima escritora. Jamás venderé un solo libro. La misión de convertirme en una sobresaliente poeta en internet está frustrada, pero me hice en el Facebook de 268 amigos, de los que espero cumplan las mismas funciones que mis otros, amigos del viejo método hacen: bancarme plata, alojarme en sus casas a mi y al resto de familia vividora y confianzuda que poseo.
En esta semana tengo el propósito de alcanzar la no modesta cifra de 365 amigos, cosa de disponer a futuro, de un amigo por día, sin jorobar al resto o a un solo amigo dos veces la misma semana.
Asi que hagan un click sobre la opción "sugerir amigos" y haganme llegar al sueño de un amigo por día durante un año entero.
Cuando digo servicios contemplo lo ya mencionado: plata, posible albergue en sus casas o dptos algún que otro consejo, joda y auto a mi disposición.
Sepan, que de mí, contarán exactamente con los mismos beneficios de la amistad, siempre y cuando, me destinen a un día específico, con un cronograma perfectamente diseñado. No chatearé con más de un amigo por jornada o en su defecto dos cada treinta y seis horas.
Les confieso, que en mis veinticinco años de sociabilidad conciente y bajo el sistema pedorro del amigo casual, el amigo invisible y el compañerito de primaria que arrastras hasta la facu, sólo me hice de cuatro amigos y ni uno como la gente.
Clara, mi compañerita de Jardín de infantes me costó cinco años para que por fín la dejaran dormir en casa, eso sin contar sus permanentes fugas, un intento de suicidio y el auto a la miseria por sus consecutivas ingestas de alcohol.
Terminó casada con mi primer novio. Y Matías, mi vecinito de enfrente, pues, era varón, nuestras tertulias acontecieron siempre de día, puertas adentro y bajo estricta vigilancia de mis padres, hasta mis dieciocho años.
Hoy, mis aspirantes a amigos llegan comodamente a casa, directamente a la cpu mediante una solicitud; sí amigos, en el país de los trámites eternos, la amistad cuesta la módica suma de una solicitud!. Sin necesidad de salidas, densos enroques telefónicos ni presentaciones formales.
La web los engendra, los empaqueta con total tecnología por apellidos, países, preferencias sexuales, programas de tv más vistos de la infancia o marchas de cuanto orgullo exista. Así Irene Mujica de Brasil es amiga de Jorge Mendieta de España, y por qué? Simple. Les gusta cultivar tulipanes negros en macetas de bonsai y juntar figuras de arcilla que les falte un pie. De cualquier lugar exhótico pero que
les falte un pie.
Nunca costó tan poco despertar el interés de un otro que apenas te ve televisada, con escasa resolución y en lo morboso de su privacidad.
Mi prima Eli tiene 484 amigos, es decir, si quisiera hablar con un amigo diferente todos los días del año lo logra con 1 persona y 1/3 de persona más sin repetir ni aburrirse.
Pablo, el hermano menor, con apenas 12 años tiene 1603 amigos, osea 1600 y 3 sobrantes, o en su defecto, repuestos por si cae alguno.
Lo bueno es que no hay renuncias. El que decide no ser más amigo nisiquiera tiene la traumática obligación de hacertelo saber, como en el método antiguo.

Me imagino lo que será el cumpleaños 13 de Pablín, con sus mil seicientos amigos y haya que meter todo ese gentío en el garage del abuelo.
Habrá que sacar el Falcon y los cajones de soda de la ex fábrica del tío.
Qué copado una conversación de todos al unísono, un gran coro de participaciones entremezcladas.
Cuánto cambio.
Anécdotas en desuso como "Te acordás cuando fuimos al antro de la calle Libertad y vos sin querer pisaste la loza recién hecha..."
serán reemplazadas por el "Te acordás cuando Freddy subió el video del orangután poseído en Chipre que recitaba el apocalípsis en japonés?, el debate que se armó!..."
Porque por suerte en el nuevo sistema los amigos de mis amigos son también amigos y los míos que no son de ellos se conocen entre sí y hasta pueden visitarse!.
No tenés la incomodidad de presentarlos y que encima deban esforzar una conversación para caerse bien; como me pasó con las chicas de Jockey y mis compañeras de la tecnológica.
Ahora todos somos de un mismo portal, porque por suerte llevamos prolijamente adosado un perfil de usuario ultra moderno donde figura nuestra religión, nuestra creencia política y hasta los estudios alcanzados con una imagen nuestra o de algo que nos identifique en una visión totalizadora del amigo a elegir.
Quién fue el que dijo que la amistad está en decadencia? Si hacerse amigos es casi una imposición social, y hasta la web te recuerda mediante perseverantes avisos y recordatorios que un amigo te espera,
te sigue, te persigue en busca de un alta en nuestras vidas.
Qué digo vidas. Si la vida no es vida, es un inicio de sesión

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